Ambos volúmenes están divididos en cuatro partes, por estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. En cada parte se da importancia a los productos de la temporada, contando anécdotas divertidas y recetas especiales; además cada una de las historias no supera las dos páginas, por lo que son tomos muy amenos de leer.
Los relatos de Guillaume Long tienen un estilo que gusta a todo el mundo, desde los más habituados a la cocina hasta los menos experimentados en la materia, nos explica cosas tan simples como el saber cómo enharinar un filete hasta el arte de preparar un tartar de salmón y rábano. Eso sí, dejando la puerta abierta a interpretaciones por parte del lector, no encontraremos cantidades exactas ni tiempos de cocción.
Además también hay momentos para viajar, el autor nos transporta a diferentes cocinas del mundo, contándonos sus experiencias en diferentes restaurantes y describiendo los productos típicos de cada lugar en el que ha estado, destaca su divertido viaje a Hungría o a Suecia.
Una de las historias recurrentes más divertidas es la de su relación con el café, siempre elaborado en una cafetera clásica italiana y servido en vaso. O los numerosos consejos del abuelo Roni para ayudarnos a no confundir los diferentes conceptos que hay en el mundo gastronómico.
Si te apetece comer y beber entre viñetas, puedes encontrar las aventuras de Long en nuestra tienda de cómics favorita: Mazinger Gijón.
Mas info en:
Un comentario en “Comiendo viñetas con Guillaume Long”