Tradiciones gastronómicas en San Martín

En noviembre se celebra una de las actividades más importantes del otoño en el medio rural asturiano: la matanza del cerdo a la llegada de la festividad de San Martín (11 de noviembre), que da paso a la elaboración de diferentes productos cárnicos que se dan en toda la geografía regional y donde los embutidos son la estrella, al igual que diferentes eventos gastronómicos.
Pero no solo en nuestras fronteras la llegada de San Martín es motivo de celebración gastronómica, en otros países del mundo esta fecha también goza de importancia culinaria aunque con costumbres mucho más dulces que las nuestras.

Por ejemplo, en Alemania los más pequeños celebran la llegada de las primeras nevadas haciendo un recorrido en procesión por las calles, con farolillos de papel que fabrican a modo de manualidad y pidiendo dulces a los vecinos.
También en Holanda la fecha de San Martín es mucho más dulce que en nuestro territorio: los más pequeños de la casa suelen disfrutar de gofres y chocolate caliente durante esta festividad, tanto en casas como en restaurantes, lo que da origen a la receta de las gofres de San Martín, popular en todo el área de los países bajos e incluso más allá de sus fronteras.

Gofres elaboradas por San Martín

Las gofres de San Martín son un postre o merienda perfecta para combatir la temporada de frío que se inicia durante estas fechas. Es un plato muy sencillo de elaborar de forma casera, ya que solo necesitamos una masa fría de:

  • 250 gramos de harina
  • 2 tazas de leche
  • 2 huevos
  • 5 cucharadas de azúcar
  • 1 sobre de levadura
  • 150 gramos de mantequilla
  • 2 cucharaditas de vainilla en polvo

Una vez tengamos todos los ingredientes mezclados en una masa homogénea, y tras dejarla una hora de reposo, lo ideal es hacerse con una gofrera para darle a la masa la forma y textura habitual de este dulce.
Un dulce de nuestros vecinos europeos que podemos sumar a nuestra gastronomía de invierno y en la que podemos involucrar a los niños gracias a su sencilla y rápida preparación.

A cada cerdo le llega su San Martín

Tradicionalmente en España la semana de San Martín, previa a la llegada de los días de frío y nevadas, se considera la fecha perfecta para realizar el sacrificio del cerdo y sacar provisiones para pasar todo el invierno y gran parte del año.

Repartido a lo largo de varios días el trabajo de la matanza es todo un espectáculo, y no solo por el crudo trabajo que se lleva a cabo con el animal, sino también por la capacidad organizativa y esfuerzo de las familias para hacer frente a la labor de aprovechamiento máximo de la materia prima, tras haber engordado al cerdo durante las semanas previas a la festividad de San Martín.

Con el sacrificio y despiece del cerdo comienza una ardua tarea de elaboración de los diferentes productos cárnicos que encontraremos en la mesa durante los meses de invierno: adobo, hígado, manitas de cerdo, callos… Aunque los productos estrella que se obtienen de la matanza son, por supuesto, los que más trabajo llevan detrás: los embutidos, a degustar siempre junto con un buen vino.

Chorizos frescos elaborados durante la matanza

A la hora de preparar un buen embutido (chorizos, morcillas, choscos…) para su curación, es imprescindible la maestría en el picado de la carne así como las medidas de los condimentos (¡todo un arte del que tradicionalmente se encargan las abuelas!) necesarios para los diferentes productos: pimentón, sal, grasa del propio cerdo, cebolla…

En este trabajo donde encontramos el origen de la famosa frase “a cada cerdo le llega su San Martín”, como indicativo de que nadie puede librarse de su destino y a todo el mundo le llega su lugar, tal como le ocurre al cerdo durante la matanza.

Como vemos, no solo España tiene arraigadas tradiciones relacionadas con la festividad de San Martín, en otros países europeos esta fecha también tiene un hueco en la gastronomía de la sociedad, aunque se celebra de forma muy diferente a la manera patria.
La mejor manera de disfrutar la gastronomía es compartiéndola y uniendo las tradiciones. ¡Después de un rico menú con cerdo, unas gofres con miel asturiana pueden ser el cierre perfecto al empacho!


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